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martes, 5 de febrero de 2013
Versión digital de Revista la Mancha edición 15 / UNO
Entrevista
de Revista La Mancha a Ariel Blümel Almendra, profesor-poeta de Quilicura, en
el marco de una serie de conversaciones destinadas a conformar un proyecto
visual.
Pablo
Delgado- Estamos aquí, en casa de Ariel Blümel para conversar con él en forma
distendida, tratar de hacer un diálogo entretenido para conocer algo más
sobre su visión acerca de la creación
literaria. A propósito de su poesía, profesor, yo la acerco bastante a Teillier
y a Mistral. Por un lado la naturaleza, el bosque con sus espasmos de raíces y
la fuerza conmovedora y religiosa. ¿Estoy acertado en ello?
Ariel
Blümel– Estoy de acuerdo en su percepción. Mi poesía tiene sus raíces – por
decirlo así – en nuestro sur, en la lluvia, en su entorno. Un poema mío va a
hacer siempre referencia a los árboles, a la naturaleza, así como Neruda se
refiere al mar. Yo soy un montañés. Mi padre tenía un fundo en el sur; yo me
crié en medio del campo con los animalitos. Todo aquello forma mi bagaje de
elementos con que visto mis ideas. Gabriela, como usted lo decía, poseía su
lado místico, su lado cristiano religioso. Yo también soy un creyente
consumado. Me pueden decir que esta mesa (ante nuestros ojos) existe, o que no
existe, y así y todo, no sería tan extraño para mí como que me dijeran que Dios
no existe.
HUMILDAD
Dicen que
el Hombre ignorante de entonces,
con profundo recogimiento
se arrodillaba bajo la catedral de la araucaria
a escuchar la prédica de la lluvia.
El corazón del Hombre ignorante de entonces
se abría como una semilla.
Sobre las hojas de los grandes helechos
la lluvia rompía en sinfonías.
Salía el sol
Su oración,
con el vapor de la humedad
y el aroma de las flores,
subía al cielo como incienso.
Y así, el Hombre ignorante de entonces,
más que con pan y vino,
con humildad,
comulgaba con los cielos.
Pablo – En
las temáticas de su poesía destaca también lo amoroso. ¿Usted lo toma como algo
relevante como autor?
Ariel –
absolutamente. Un ser humano sin compañero está trunco. Yo no puedo vivir sin
una compañera. Toda mi vida ha sido como de soltero, en el sentido de no dejar
de sentir el amor. Sin ir más lejos, un gran amor de mi vida falleció hace cosa de unos meses,
y de esa pérdida no puedo decir que esté recuperado. Si nos preguntamos... ¿qué
nos llena realmente? Tendríamos que decir que las relaciones de amor que
mantenemos con el entorno.
Pablo – Así
es profesor. Ahora cuénteme: en su labor
como docente de distintos colegios, y desde hace un buen tiempo en la Escuela
del Mañio, en Quilicura... ¿tiene usted ocasión de difundir lo poético entre
sus alumnos? ¿Es interesante hacerlo?
Ariel – Por
supuesto, siempre trato de involucrar e interesar a los alumnos en la creación
literaria, específicamente, en la poesía. La labor de un creador, el talento,
fuera de mostrarlo, hay que enseñarlo. Por ejemplo, yo uso los textos
publicados en La Mancha
para
complementar algunas de mis clases.
Pablo – el
primer texto que usted publicó en La Mancha fue el año 2006. En varios de ellos
se trasluce esa cosa urbana que le comentaba de Teillier. ¿Cree – como él – que
también hay “otras cosas” primordiales en la poesía?
Ariel – Sí.
Está y debe estarlo, la crítica social. Le cuento: en mi generación las
conversaciones y tertulias eran de política y ojalá que ello vuelva. Para
nosotros, era inconcebible que se tolerara la desigualdad que existía, y por
eso fue que se fueron dando tantos movimientos inconformistas. Pienso, que a
pesar de los cambios, eso va a volver. Nuestra sociedad es muy crítica
.
Pablo
– De una manera distinta... ¿en qué ha
cambiado “su”, o “la” poesía actual?
Ariel – Acá
se dejaron atrás los temas ideales de un cambio social. Todo se hizo más
pragmático. Se busca apoyo en la tecnología y en la innovación que esta
reporta. Tal vez, los jóvenes buscan las mismas cosas pero de forma más
pragmática.
Pablo – hay
un poema suyo, PRECARIEDAD, en el cual expresa que el acercamiento hacia el ser
humano común y corriente sigue siendo muy precario.
Ariel - De
todas formas. Nada más que mirar los países en vías de desarrollo. Es intolerable
salir seis a siete de la mañana a una jornada de trabajo que excede en mucho lo
necesario para conseguir mantener una vida de familia. Dicen que hay hogares...
No hay hogares. No hay familia. Los jóvenes andan cada cual por su lado. Su
precariedad es tal que si tienen problemas de salud o dinero, cada cual se va
por su lado.
Pablo – Visto así, podríamos pensar que la familia es un ente de mercado. La poesía no
deja
de ver esta
realidad, se comulga con los hechos y ratifica. Por ejemplo, Juan Gelman, poeta
argentino dice mucho sobre eso. Ariel, sabemos que en la comuna de Quilicura –aún muy sin estridencias- se hace literatura. Se sabe que rondan por
allí poetas, cuentistas, creadores y usted... ¿qué visión tiene?
Ariel – a
mí me sorprende el constatar el hecho. A veces me entregan un folleto, o una
invitación a lectura, personas anónimas que, a pesar de ello están en creación
constante. Nosotros, en Chile, tenemos las dos cosas: el creador y el receptor.
Aquí, en nuestra comuna tenemos una creación constante, rica, que a través de
nuestra revista obtiene la ventana necesaria para mostrarse y perseverar. Lo engorroso viene después, a la hora de
editar
nuestras letras el valor es muy alto. Existe mucha burocracia para hacerlo. Me
sorprende ya que con la tecnología que existe debiera ser de otra manera.
Pablo – Acá
en la comuna hay varios creadores que han ganado premios, como el Bolaño, el de Revista Paula y Santiago en 100
Palabras. Revista Ancla al seleccionar a
autores, escogió a cuatro creadores
también de Quilicura. ¿Piensa usted que faltaría más difusión para mostrar a
nuestros autores?
Ariel- Sí,
evidentemente, falta más difusión. Nosotros, como grupo, lo estamos haciendo y
también editando, lo que es un aliciente para los proyectos de cada cual.
Pablo- A
propósito de esto, sé que usted tiene su primer libro armado para ser editado
pronto; creo a partir del próximo año, en unos meses más. ¿Qué me puede decir
sobre ese proyecto?
Ariel -
Bueno está en carpeta. Tengo una selección de un trabajo poético que quiero
convertirlo en libro. Pienso que para este verano ya será un producto y la
realización de un sueño. Es mucho más que ver los textos impresos, será la
culminación de un trabajo de años. De sentir sensaciones distintas de las
cuales uno se empapa cuando crea y escribe un poema. Será la fusión de todo
esto.
Pablo- Me
alegro al escuchar lo que dice sobre su aspiración de edición. La literatura se
alimenta de lectores, Desde ya, quiero
estar allí cuando suceda y acompañarlo en su presentación, en su discurso
literario, ser parte de ese hecho. Sé que para usted no es fácil llevar la
poesía, en síntesis como concluye la idea.
Ariel - Yo
quiero retomar las palabras anteriores en el sentido que la creación literaria
es como un apostolado. Algo esencial. No puede el ser humano cerrarse al arte.
El arte está en todas partes, no se encierra en un museo ni en las galerías, No
sólo es Picasso ni Rafael. No es así.
Está en el día a día de toda persona. Sólo hay que saber apreciarlo. Salir en
las mañanas a trabajar, enchular el día tiene mucho que ver con esto. Después
de todo, el arte está donde uno quiere que esté.
***
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